Estimados amigos, el pasado 6 de junio estuvo Ibarra, el presidente de Extremadura, en Bruselas. Venía a despedirse de las instituciones, concretamente del Comité de las Regiones del que llegó a ser vicepresidente. Así pues, Ibarra accedió a tomar una copa con el personal de la oficina de Extremadura donde yo me incluyo. Pues bien se lo pasó tan bien que nos fuimos a cenar con él. El ambiente se volvió distendido, yo diría incluso que se volvió familiar, llano relajado y directo, sin timidez. Yo me encontraba sentado delante del Presidente y cruzábamos alguna que otra conversación con él. Después de un tiempo me insistió en contarme un chiste de mi pueblo, Almendralejo, que además de ser el pueblo más emprendedor y rico de Extremadura( dicho por el propio presidente) tiene también fama de brutitos y bueno los que me conocen saben que un poco de razón tienen. Contó un chiste de mi pueblo que era el típico que se cuenta usando como protagonista al pueblo vecino de al lado. A mi me hizo mucha gracia sobre todo porque el presi tiene su gracia contando chistes y yo le conté otro y después otro y otro. Entre ellos el famoso chiste del cristo crucificado, bueno ni que decir tiene que el presi se lo pasó pipa y según nos comentó la gente más allegada y que pasa más tiempo con él hacia mucho tiempo que el presi no se divertía tanto, parte debido a los formalismos y al protocolo. Por lo tanto todos pasamos una agradable velada que duró hasta bien entrada la noche.
Gracias Presidente y buena suerte en su retiro.
Gracias Presidente y buena suerte en su retiro.
