Estimados amigos, hoy hemos tenido una odisea con el sofá de cuero que hemos instalado en nuestra casa. El periplo empezó cuando asistimos a una fiesta con motivo de la despedida de una amiga y colega de trabajo de María, que como ella, trabaja en la Fundación Galicia. Esta chica, Irene, afortunadamente ha encontrado trabajo en España, pero hasta ahora vivía en una casa increíblemente bonita en Bruselas. Esta casa, como la gran mayoría de casas que hay en esta ciudad, muestra una deplorable fachada externa, parece que entras en algún mal antro de algún barrio bajo y peligroso pero la sorpresa fue grata. La decoración es admirable, todo en madera maciza, tallada a mano, una gran chimenea de estilo señorial , la reina de la estancia, y a modo de corona para esta magnífica chimenea , se encuentra un enorme cuadro de algún personaje que posiblemente fue admirado o deplorado por algunos o muchos. Una bonita escalera en caracol encumbraba a la persona hasta la segunda planta donde estan las habitaciones. Un gran patio hacía de enlace entre la cocina y el salón y entre semejante ambiente, un montón de personas disfrutaban de la alegría de la noche. Bueno, pues conocimos gente nueva, mi niña se puso un poquito pintoncina con el vino y todo los ingredientes presentes en aquel lugar lo amenizaban . En uno de aquellos momentos en el que la fatiga de recorre los pies y estos manda el mensaje al cerebro, es cuando éste se percata de la pesadez de mantener el cuerpo. Fue así donde acabe en el sofá de cuero de aquel lugar. Al principio pensé que era una imitación , puesto que todos los que allí viven son estudiantes o becarios, luego me percaté de que no era así. Mi segundo pensamiento me vino en la forma de, bah seguro que ya estaba allí o que era de el propietario, así que empecé a indagar. Mi sorpresa fue conocer que aquel majestuoso sofá se lo encontraron en la calle. Yo estaba alucinando, como alguien se puede deshacer de tan bonito sofá, algo raro tiene que tener, pensé, seguro que está roto por algún lado, bueno María me conoce por ser desconfiado, pero es que aquello no me cuadraba. Busqué roturas y nada, no las tenía, yo seguía intrigado y seguí en la fiesta a mi aire. De repente, me dijeron que como todos se mudaban se querían deshacer de muchas cosas entre ellas el sofá. Todavía me sorprendió más su precio casi simbólico y una mueca de felicidad me marcó la cara. Más dudas tuve, seguro que alguien ya le ha echado el ojo, ¡pero no! era yo el primero que se interesaba por él. Se proyectaron en mi aquellas imágenes de algunas revistas y de como quedarían esas cosas tan bonitas en una casa ideal y entre ellas había un sofá de cuero pero todos costaban muchísimo. Pues bueno, un pequeño deseo parecía que se iba a cumplir ¡Un sofá de cuero en mi casa! De momento no tengo casa propia pero bueno era un paso.
Alquilamos una furgoneta y conduje hasta el sitio, lo metimos en ella y se rasgó un poquito el cuero que hasta ese momento estaba impecable y ya me empecé a mosquear. Pedimos a un amigo común, Alex, de la Fundación Galicia, que nos ayudase, ya que subirlo por las escaleras era muy difícil, es cierto, se me olvidó comentaros de que no tenemos ascensor. Bueno, una vez que lo subimos comenzó el problema. ¿Cómo lo ajustamos todo ahora teniendo en cuenta que el piso no es muy grande? Para vuestra información el piso tiene 7o metros cuadros y ya estaba bastante amueblado por lo que cualquier cambio es difícil. Por otro lado está bellamente decorado al estilo africano lo cual hace difícil introducir cualquier cambio en la decoración. Pues bueno, al final cambiamos bastantes veces el sofá, María se disgustó bastante, pero al final encontramos el equilibrio, gracias a dios, también nos permitirá tener más amigos en casa y bueno creo que nos hará más felices porque es más cómodo. El sofá tiene una parte tipo diván que me permitirá tumbarme con mi niña en él y eso no tiene precio.
Bueno pues hasta el próximo episodio
Alquilamos una furgoneta y conduje hasta el sitio, lo metimos en ella y se rasgó un poquito el cuero que hasta ese momento estaba impecable y ya me empecé a mosquear. Pedimos a un amigo común, Alex, de la Fundación Galicia, que nos ayudase, ya que subirlo por las escaleras era muy difícil, es cierto, se me olvidó comentaros de que no tenemos ascensor. Bueno, una vez que lo subimos comenzó el problema. ¿Cómo lo ajustamos todo ahora teniendo en cuenta que el piso no es muy grande? Para vuestra información el piso tiene 7o metros cuadros y ya estaba bastante amueblado por lo que cualquier cambio es difícil. Por otro lado está bellamente decorado al estilo africano lo cual hace difícil introducir cualquier cambio en la decoración. Pues bueno, al final cambiamos bastantes veces el sofá, María se disgustó bastante, pero al final encontramos el equilibrio, gracias a dios, también nos permitirá tener más amigos en casa y bueno creo que nos hará más felices porque es más cómodo. El sofá tiene una parte tipo diván que me permitirá tumbarme con mi niña en él y eso no tiene precio.
Bueno pues hasta el próximo episodio